Hoy, en la sección de Testimonios reales de acoso escolar, os traemos la historia de Marina

Hola, me gustaria contaros mi caso. Soy ingeniera y de niña y adolescente sufrí bullying. En mi caso sucedió desde los 6 hasta los 22 años. Me llamaban gorda. Continuamente, en cualquier ocasión, cada día los 365 días del año de aquellos 16 años malditos de mi vida. Hoy en día estoy en mi peso, pero entonces tampoco estaba tan obesa. Era solamente una excusa, ya que realmente me sobrarían unos 5 kg. Sin embargo consiguieron q me sintiera muy culpable y avergonzada por mi aspecto. Lo cierto es que yo siempre me he visto bonita. Tengo una apariencia nórdica y yo creo q tengo un cuerpo proporcionado, pero aquellas compañeras me despreciaban continuamente. Algo no cuadraba. Llegué a pensar que mi presencia era molesta. Es increíble como una colección de gente mediocre me pudo convencer de tal cosa.

Consiguieron q me sintiera muy culpable y avergonzada por mi aspecto.

 

Una manifestación clásica del acoso escolar es señalar los «supuestos defectos» de otro niño:  por alto, por bajo, por gordo, o por no responder al estándar de la mayoría. El bullying castiga la diversidad

 

Al contrario que muchos otros casos, los estudios se me daban muy bien, en concreto las matemáticas. Era un colegio femenino y a estas chicas no les iban bien las matemáticas. Decían que eran muy difíciles, así que yo pensaba que eran idiotas, y lo sigo pensando ahora, por cierto. Creían que era la empollona de la clase, pero se equivocaban porque al comprender las ciencias, las matemáticas, no necesito empollar, de hecho, mis ingenierías las he estudiado viendo la tele, sin esfuerzo. Tengo 4 ingenierías, por cierto. Además toco el piano y hablo alemán.

Cuando terminaba el colegio, en verano íbamos a La Manga, a la casa que compraron mis padres. Allí el acoso era peor. Yo era una niña tímida, que sólo recibía ataques de niños y adolescentes idiotas. Otra vez insultos, ni siquiera podía asomarme por la ventana, estaban esperándome para insultarme (gorda, come mier**, te vamos a matar a tus gatos), no podía bañarme en la playa porque me tiraban piedras. Me hundían la bicicleta en barro, cualquier putada que pudiera hacerse, me la hacían a mi. Teníamos un piano y yo practicaba en verano. Las vacaciones las pasaba encerrada en casa o intentando bañarme en el mar cuando no hubiera nadie. Además echaba de menos mis libros. Era penoso, por lo menos para mi.

Los niños que destacan por ser brillantes e incluso los superdotados, también pueden ser foco del acoso escolar.  Por eso es muy importante trabajar en la detección del bullying desde el aula, aplicando algún test de acoso escolar o un sociograma para obtener la radiografía social del grupo.  

En el instituto no tuve acoso, era un instituto mixto y yo le gustaba a muchos compañeros que me preguntaban si era rusa para decepción de aquellas compañeras que en el colegio me acosaban de pura envidia. Si embargo en aquella época no tuve novio, estaba muy centrada en estudiar. Por cierto, las mejores notas de matemáticas y física eran las mías. Todo aprobado con sobresalientes y notables. Pero en verano, otra vez a La Manga, Urbanización Golamar, en concreto, donde seguía el acoso. Mis padres decían que no hiciera caso. Los pobres no sabían cómo hacer frente a aquella situación. Llegó un punto que después de tanto llorar, me negué a seguir tocando el piano y al año siguiente le dije a mis padres que prefería suicidarme antes que volver a la casa de la playa. Mis padres vendieron la casa y los mediocres ganaron. Consiguieron echarme. ¡Malditos sean!

En la universidad no tuve acoso. Era muy apreciada por mis profesores, a los cuales los tengo en alta estima.

Con todos mis estudios conseguí un muy buen trabajo y luego conocí a mi marido. Él es alemán y dice que cuando me conoció pensó que no era española. Somos muy felices, por cierto. Dice que mi personalidad es alemana, organizada, analítica, paciente y que todo lo hago bonito (pinto cuadros, tenemos un jardín lleno de rosas, buganvilias y lantanas). He cumplido todos mis sueños.
Actualmente estudio física por la universidad a distancia y ruso. También gracias a mis carreras tengo un trabajo bien pagado, donde tengo muchas amistades, personas con un gran nivel intelectual.

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En la distancia veo que yo no era la culpable de mi acoso, era una niña tímida a la que hicieron creer que era un monstruo. Ahora el karma ha hecho el trabajo por mi. Las vidas de las que me acosaron son una Scheisse. (*) Y la mía es maravillosa. Saludos.

 

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