Detrás de los testimonios de bullying hay una historia real que debe darse a conocer
Patricia Peyró @kontrolparental
Menos teoría y más testimonios. Desde Control Parental queremos mostrar el lado más oculto del acoso escolar: el que padecen las víctimas en primera persona, a través de su propio testimonio.
No paramos de oír hablar del acoso escolar y de sus consecuencias, aunque lo solemos hacer a partir de crónicas periodísticas o de expertos en la materia, que lo abordan desde un punto de vista técnico, quedándose en lo superficial de los hechos o en la descripción de las consecuencias psicológicas más objetivas, con frecuencia a un nivel teórico. Pero, ¿qué sucede con las víctimas reales?
Sabemos que existe un dolor psicológico y en la autoestima del menor que en no pocas ocasiones genera comportamientos autolesivos e ideaciones suicidas. Desde Control Parental iniciamos una nueva sección de Testimonios en los que podremos conocer la realidad más oculta del acoso escolar, contada en primera persona por las personas afectadas.
Los testimonios reales de acoso escolar aportan una visión realista de la gravedad del problema
Está comprobado que percibir el dolor y ser testigo es algo que funciona mejor para los adultos, y no tanto en los niños, que continúan ocultándolo y manteniéndose como “testigos pasivos” por una serie de razones, como el miedo a padecerlo ellos mismos, o incluso el ser acusados de “chivatos”. Los adultos, antes o después, y tras asegurarse que el acoso está teniendo lugar, activan actitudes de protección para que cese el acoso, tal y como se ha mostrado en diferentes campañas. Este planteamiento hace pensar que, a base de conocer casos reales, los adultos, responsables finales de detectar y terminar con el acoso escolar en las escuelas, tomarán una actitud más proactiva conociendo la gravedad del dolor real que puede suponer para una persona en edad de forjar su personalidad y autoestima como puede ser un niño.
Buscamos testimonio de las personas afectadas: podrán ser padres, niños o testigos directos.
¿Quién puede darnos testimonios sobre bullying?
Las principales víctimas del acoso escolar son, por supuesto, los niños diana de este bullying. Sin embargo, no son los únicos que sufren: padres, hermanos, testigos mudos o incluso profesorado pueden tener mucho que contar y ayudar, con su experiencia, a que no vuelvan a producirse estas situaciones.
Contándolo el niño se sentirá liberado de una carga para la que no está preparado
Con tu testimonio, que puede ser anónimo y siempre será tratado con confidencialidad, conseguirás todo esto:
-Quitarte un gran peso de encima sólo por contarlo. -Ayudar a que se eviten nuevas situaciones de bullying -Será más fácil volverlo a expresar a tus padres, maestros o directores del colegio
-Despertarás la empatía de cualquiera que pueda leer tu relato contribuyendo a que dejen de producirse estas situaciones.
-Darás a conocer el alcance y peligrosidad de una situación que no debería ocultarse y contra la que todos debemos combatir.
¿Nos ayudas contándonos tu caso real? Seas niño, padre de un escolar acosado, adulto que lo ha superado, o testigo que quiere denunciarlo, contacta con la redacción del blog para dar el paso: patriciapeyro@yahoo.com
Hola, me gustaria contaros mi caso. Soy ingeniera y de niña y adolescente sufrí bullying. En mi caso sucedió desde los 6 hasta los 22 años. Me llamaban gorda. Continuamente, en cualquier ocasión, cada día los 365 días del año de aquellos 16 años malditos de mi vida. Hoy en día estoy en mi peso, pero entonces tampoco estaba tan obesa. Era solamente una excusa, ya que realmente me sobrarían unos 5 kg. Sin embargo consiguieron q me sintiera muy culpable y avergonzada por mi aspecto. Lo cierto es que yo siempre me he visto bonita. Tengo una apariencia nórdica y yo creo q tengo un cuerpo proporcionado, pero aquellas compañeras me despreciaban continuamente. Algo no cuadraba. Llegué a pensar que mi presencia era molesta. Es increible como una colección de gente mediocre me pudo convencer de tal cosa. Al contrario que muchos otros casos, los estudios se me daban muy bien, en concreto las matemáticas. Era un colegio femenino y a estas chicas no les iban bien las matemáticas. Decían que eran muy difíciles, así que yo pensaba que eran idiotas, y lo sigo pensando ahora, por cierto. Creían que era la empollona de la clase, pero se equivocaban porque al comprender las ciencias, las matemáticas, no necesito empollar, de hecho, mis ingenierías las he estudado viendo la tele, sin esfuerzo. Tengo 4 ingenierías, por cierto. Además toco el piano y hablo alemán.
Cuando terminaba el colegio, en verano íbamos a La Manga, a la casa que compraron mis padres. Allí el acoso era peor. Yo era una niña tímida, que sólo recibía ataques de niños y adolescentes idiotas. Otra vez insultos, ni siquiera podía asomarme por la ventana, estaban esperándome para insultarme (gorda, come mier**, te vamos a matar a tus gatos), no podía bañarme en la playa porque me tiraban piedras. Me hundían la bicicleta en barro, cualquier putada que pudiera hacerse, me la hacían a mi. Teníamos un piano y yo practicaba en verano. Las vacaciones las pasaba encerrada en casa o intentando bañarme en el mar cuando no hubiera nadie. Además echaba de menos mis libros. Era penoso, por lo menos para mi.
En el instituto no tuve acoso, era un instituto mixto y yo le gustaba a muchos compañeros que me preguntaban si era rusa para decepción de aquellas compañeras que en el colegio me acosaban de pura envidia. Si embargo en aquella época no tuve novio, estaba muy centrada en estudiar. Por cierto, las mejores notas de matemáticas y física eran las mías. Todo aprobado con sobresalientes y notables. Pero en verano, otra vez a La Manga, Urbanización Golamar, en concreto, donde seguía el acoso. Mis padres decían que no hiciera caso. Los pobres no sabían cómo hacer frente a aquella situación. Llegó un punto que después de tanto llorar, me negué a seguir tocando el piano y al año siguiente le dije a mis padres que prefería suicidarme antes que volver a la casa de la playa. Mis padres vendieron la casa y los mediocres ganaron. Consiguieron echarme. ¡Malditos sean!
En la universidad no tuve acoso. Era muy apreciada por mis profesores, a los cuales los tengo en alta estima.
Con todos mis estudios conseguí un muy buen trabajo y luego conocí a mi marido. Él es alemán y dice que cuando me conoció pensó que no era española. Somos muy felices, por cierto. Dice que mi personalidad es alemana, organizada, analítica, paciente y que todo lo hago bonito (pinto cuadros, tenemos un jardín lleno de rosas, buganvilias y lantanas). He cumplido todos mis sueños.
Actualmente estudio física por la universidad a distancia y ruso. También gracias a mis carreras tengo un trabajo bien pagado, donde tengo muchas amistades, personas con un gran nivel intelectual.
En la distancia veo que yo no era la culpable de mi acoso, era una niña tímida a la que hicieron creer que era un monstruo. Ahora el karma ha hecho el trabajo por mi. Las vidas de las que me acosaron son una Scheisse. Y la mía es maravillosa. Saludos.
¡Gracias por compartir Marina!
Hola, si no fuera de mala educación hablare de tu caso en mi clase. Espero que ya tengas una vida llena de éxitos 🙂
Saludos desde el mas allá…