La ciudad de Nueva York ha sido escenario reciente de uno de los últimos crímenes conocidos a causa del bullying. Se trata de un niño de 13 años que se ha quitado la vida tras padecer el temido acoso escolar por parte de sus compañeros. Pero antes de hacerlo, denunció todo lo que había pasado en una conmovedora carta que ya ha dado la vuelta al mundo tras su publicación en el New York Daily News y por la voluntad de denuncia de sus propios padres.
Se llamaba Daniel Fitzpatrick, tenía trece años y comenzó a padecer acoso desde el sexto curso, cuando volvió al Holy Angels Catholic Academy, tras haberse ausentado un tiempo, encontrando que sus amigos habían dejado de serlo cuando comenzaron a dejarle de lado. El niño da nombres de los compañeros acosadores, pero además acusa expresamente al colegio de estar al tanto de la situación y dejarle desamparado: “Me rendí. Los profesores no hicieron nada …”, denunció el niño en su carta de despedida.
El pequeño se ahorcó y fue encontrado por su hermana. Posteriormente sus padres hallaron la carta, decidiendo hacerlo público en los medios de comunicación y a través de las redes sociales, en las que colgaron un vídeo e hicieron duras declaraciones para sensibilizar a otros padres: “Mi hijo no debería estar muerto”; “Algo no funciona en las autoridades adultas si los niños no pueden acudir a ellas pidiendo ayuda”
Bullying y sucidio: estas son las cifras
El caso de Daniel no es aislado: Este mal se cobra alrededor de 200 mil suicidios al año entre jóvenes de entre 14 y 28 años según un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud junto a Naciones Unidas. Por su parte, la asociación británica Beat Bullying declara que, dentro de la Unión Europea, hasta 24 millones de niños y jóvenes al año son víctimas de acoso y maltrato por bullying. Reino Unido parece ser, según la ONU, el país más afectado por el bullying, seguido por Rusia, Irlanda, España e Italia.
Los colegios buscan una solución al problema
La alta prevalencia está precipitando cambios en la legislación en diferentes países. En España todavía existe un vacío legal importante, aunque desde el año la Ley Orgánica de modificación del sistema de protección a la infancia y adolescencia, incluyó la prohibición expresa de la práctica del acoso escolar y el ciberbullying. Como consecuencia del cambio, los delitos por bullying serán juzgados por la vía penal, y no por la vía civil. Esto quiere decir que, en casos como el de Danny, sus padres podrían interponer una denuncia contra el personal del centro, como puedan ser los directores o los maestros que, conociendo la situación, no hicieron nada.
La gravedad de los casos de bullying, cada vez más aireados en prensa, está haciendo que los colegios “espabilen” y opten por algún protocolo de erradicación del acoso escolar, que pasará en primera instancia por tener controlado lo que sucede en las aulas a través de la detección en tests específicos de evaluación, cada vez más refinados y que, como en TheBuddyTool, suponen un juego para ellos, pero constituyen una buena herramienta, al proporcionar el sociograma completo de la clase, captando los casos de acoso y los líderes sociales en los que apoyarse para terminar con el problema.