Por Patricia Peyró @kontrolparental
Desde hace un par de años, con el nacimiento de Snatchap, los adolescentes han encontrado una forma de mensajería instantánea con la que poder compartir imágenes y vídeos con uno o varios amigos. Lo novedoso de esta App respecto a otros sistemas como Whatsapp, es que las fotos y vídeos que se envían se configuran con una fecha de caducidad, a partir de la cual, serán destruidos de forma segura.
La precariedad en la disposición de las imágenes en manos de terceros relaja o disminuye la percepción de riesgo de que nuestro material privado esté en manos de terceros, hecho que no ha pasado por alto para los adolescentes, que ven en esta App toda una vía libre para el intercambio de todo tipo de imágenes, especialmente aquellas subidas de tono.
¿Cómo funciona SNAPCHAT?
-Se trata de una App gratuita que puede considerarse una red social en la que incluiremos a nuestros amigos. Su descarga es sencilla y exige un registro en el que se solicitan datos como el nombre, el mail, y teléfono, proporcionándose una contraseña.
-Como en cualquier otra red social, se añaden amigos.
-A continuación se les puede mandar fotos que permiten una cierta edición previa, y cuya caducidad decidiremos nosotros, aunque siempre durará un mínimo de 10 segundos a partir de que el otro reciba la imagen.
Los peligros del SNAPCHAT:
Una de las razones por las que está causando furor entre los jóvenes es el que les sirve para intercambiar imágenes de contenido sexual, pornográfico, o poco adecuado a través de sus smartphones, pensando que la imagen va a desaparecer y que su envío no tendrá consecuencias. Fomenta, pues, el fenómeno del Sexting, una fuente de preocupación para los padres, puesto que puede tener consecuencias devastadoras como la transmisión viral de la imagen o la extorsión.
Como ya nos podíamos imaginar, resulta que esta App no es «gratuíta» o inocua en el sentido estricto de la palabra: si bien la idea original puede considerarse una genialidad, para saltarse la norma existe la trampa, y lo cierto es que esas imágenes que se mandan vía SNAPCHAT finalmente sí que pueden inmortalizarse con un gesto tan sencillo como haciendo una captura de pantalla, para el caso de las fotografías, o grabando con otro dispositivo, en el caso de los vídeos. A pesar de que la propia aplicación te avisará si esto ocurre, el daño ya está hecho y la foto puede entrar en circulación tal y como lo haría de forma natural y sin la cláusula de «autodestrucción.»
En este vídeo nos explican muy bien qué es SNAPCHAT y cómo funciona.