Patricia Peyró @kontrolparental
Cada vez es mayor la preocupación de los padres acerca de cómo el uso de las nuevas tecnologías afectará a sus hijos. ¿A partir de qué edad debemos permitirles el acceso a los dispositivos? ¿Cuáles son los riesgos vinculados al uso temprano de las TIC?
A las preguntas recurrentes, respuestas concisas. Y para eso están las entidades como la American Academy of Pediatrics. Desde esta academia, y tras haber realizado diversas investigaciones, desaconsejan la exposición a la tecnología antes de los dos años. La razón está en los problemas psicológicos, conductuales y de salud que parecen relacionarse con su empleo por niños.
Repasemos cuáles son algunos de los efectos perniciosos de las nuevas tecnologías.
Disminuye el desarrollo motor y cognitivo
La falta de movilidad física afecta, no sólo al estado físico, sino también a la inteligencia y a todos los aspectos relacionados con la psicomotricidad. Ratey, un psicólogo americano, expresó mediante un estudio realizado en el 2008 la relación existente entre la capacidad de atención y el aprendizaje, en el sentido de que el movimiento potencia ambas. La vida sedentaria por excesivo empleo de los dispositivos afecta negativamente al desarrollo normal del niño.
Estamos criando niños obesos
Smartphones, videojuegos, dispositivos y ver la televisión se relacionan de forma directa con el aumento de la obesidad. Este mismo año, la OMS alertaba de una epidemia de obesidad en Europa antes del año 2.030. Y concretamente en España se espera una subida del 19% al 36% de la población en 15 años. En este intervalo entran los niños adictos a las nuevas tecnologías.
Insomnio infantil
Según la Kaiser Foundation, el 75% de los menores accede a sus dispositivos desde su propia habitación, en muchas ocasiones antes de dormir. Sin embargo, este hábito no se parece al de la lectura relajada que fomenta el sueño y la tranquilidad nocturna. De hecho, los dispositivos producen insomnio infantil, también conocido como “insomnio tecnológico”. Este tiene consecuencias negativas para el crecimiento físico, ya que la hormona del crecimiento se segrega durante el sueño, pero también produce otros problemas colaterales como el retraso académico o la falta de concentración.
Trastornos del estado de ánimo
En los últimos años se está relacionando el aumento en la prevalencia de trastornos afectivos y conductuales con el abuso de la tecnología. Entre los problemas más comunes se encuentra la depresión infantil y la ansiedad, aunque a nivel social encontramos también que los niños tienen el riesgo de reducir sus habilidades sociales en la “interacción cara a cara” en la medida en que sustituyen el contacto real y físico por conversaciones virtuales y de texting.
Disminución de la sensibilidad al dolor ajeno y aumento de la agresividad
Los efectos especiales de las películas y el visionado de escenas sangrientas y cargadas de agresividad abrieron todo un camino para hacernos más insensibles al dolor ajeno, y para “normalizar” la violencia como forma de relación. Hay que ni siquiera pestañea viendo asesinatos y palizas en la gran pantalla. Todo esto se ha trasladado al contenido multimedia y a muchos videojuegos, hasta el punto de que en Estados Unidos se califica la violencia como un “riesgo para la salud pública” por el impacto negativo que produce en el niño aumentando las cotas de agresividad infantil.