El uso temprano de los dispositivos por la noche se relaciona con el insomnio tecnológico y este, con la obesidad infantil (más…)
Una encuesta realizada en Argentina por Motorola refleja unos adolescentes enganchados al móvil hasta 12 horas diarias
Patricia Peyró @kontrolparental (más…)
Patricia Peyró @kontrolparental
Es Navidad, y como no podía ser de otra manera, tenemos unos protagonistas indiscutibles para los regalos de estas fiestas: los dispositivos. Niños y mayores aprovecharán este año para pedir móviles y tablets como regalo favorito. Nos reunimos con Marc Masip, director del Instituto Psicológico Desconect@, con un programa pionero nacido en el 2012 como consecuencia de una necesidad surgida con las nuevas tecnologías: la de hacer un buen uso de estas sin deteriorar nuestras relaciones personales y sin crearnos dependencias o adicciones.
-¿Desde cuándo las nuevas tecnologías pueden suponer un problema psicológico para las personas?
Pues desde no hace mucho, hemos dejado que este huracán tecnológico nos domine y sobrepase sin siquiera preocuparnos por lo que acarrearía. Ahora empezamos a darnos cuenta de que no tener el móvil nos provoca ansiedad, de que los jóvenes no dejan de usarlo… La gente empieza a pedir ayuda. Cuando acabemos de saber las consecuencias que un mal uso genera, puede ser ya tarde para muchos.
-¿De qué tipo de conflictos estamos hablando?
Padres que no saben cómo hacer que sus hijos dejen el móvil o un vídeojuego, parejas que se distancian por la falta de comunicación, alumnos que no pasan de curso porque estudian con el móvil o están mas pendientes de lo que dicen en sus grupos, profesionales que en sus horas de trabajo utilizan el móvil y por tanto son menos efectivos… Creo que hay demasiados problemas derivados de las nuevas tecnologías.
-¿En qué consiste el programa “Desconecta”?
El Instituto Psicologico Desconect@ se dedica a tratar diferentes problemas mentales y emocionales. Pero estamos especializados en la orientación adolescente y las adicciones a nuevas tecnologias. Organizamos Jornadas Psicoeducativos, talleres, conferencias… ¡Hacemos de todo!
-¿La terapia que aplican Vds. es individual, grupal, familiar…? ¿Cuál es el mejor abordaje?
A partir de nuestro método, el Petter’s Action Method hemos creado una terapia única en Europa. Trabajamos con familias y nuestro gran objetivo es la empatización con el paciente, solo así conseguimos lo que queremos.
-¿En qué se asemeja la adicción al móvil con cualquier otra adicción, como pueda ser el alcoholismo o el abuso de drogas?
¡En casi todo! Nosotros creemos que tenemos muchos ítems en común. Es verdad que no hay substancia pero utilizando el móvil nos produce diferentes sensaciones como ansiedad o sentirse desnudo si no lo tenemos. Para nosotros no hay diferencia en la gravedad de una adicción u otra.
El programa Desconect@ tiene su propia App: FaceUp. Descubre en qué consiste haciendo clic aquí.
-Los niños son especialmente vulnerables, ¿qué podemos hacer para que no “sucumban” ante la nomofobia o el uso excesivo de los dispositivos?
Debemos preocuparnos ¡YA! La tecnología nos ha arrollado de forma devoradora, salimos a la calle y la gente va mirando su pantalla, los parques retumban silencio porque los niños ya no juegan, las reuniones de los jóvenes son absolutamente silenciosas, nos hemos acostumbrado hacer todo por la pantalla, es más fácil si, pero también menos real. Si seguimos permitiendo que esto siga así, ¿qué será del futuro de nuestros jóvenes? Son niños/as que utilizan el teléfono para todo: nativos digitales, que se comunican a través de una pantalla y que en vez de decirse las cosas a la cara lo hacen escudados en la distancia digital. Con el tiempo aprenderán a solo hacerlo así, y de mayores serán cobardes, sin habilidades interpersonales u sociales. Debemos poner normas ya. Igual que hace años podíamos fumar en todos lados o ir en moto sin casco y ahora la sola idea nos resulta aberrante, del mismo modo ahora nos toca marcar reglas tecnológicas sociales.
-En Navidad todos los niños pedirán un móvil, una Tablet o una consola para reyes. ¿A partir de qué edad recomienda cada uno de ellos?
Para mí la edad ideal es a los 16 años, antes no lo necesitan para nada. Si tenemos la necesidad de que nuestro hijo lleve teléfono puede llevar uno convencional que sirva para llamar y recibir llamadas.
Antes de dárselo es importante hacer un trabajo de educación, prevención y marcar unas normas de uso.
-Los padres, ¿cómo podemos “controlar” la actividad de nuestros hijos sin vulnerar su privacidad?
¡Es imposible! Si le regalamos el móvil a nuestro hijo, lo que haga con él es cosa suya. Nosotros debemos educarle en que haga un uso correcto, pero no sirve de nada cotillear o controlar lo que hace, al final solo sabremos lo que hacen, pero lo seguirán haciendo.
A nuestros hijos les ofrecerán drogas, alcohol o tener relaciones sexuales sin protección, no siempre podremos estar ahí controlando, pero si los hemos educado de forma correcta, sabrán tomar la decisión correcta. De eso se trata también con el uso de dispositivos.
BIO MARC MASIP:
Licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona, España
Experto en adicción a las Nuevas Tecnologías
Máster en Coaching + PNL
Máster en Educación y Rehabilitación de conductas adictivas
¿Quieres darte a conocer? Si tienes una App o sitio web relacionada con el control parental, con las TIC y la educación vía internet, smartphones y tablets, contacta con nosotros aquí.
Patricia Peyró @kontrolparental
Lejos de lo que afirma Vodafone en su campaña Connecting People, los móviles parecen ejercer el efecto contrario entre las personas. Tales consecuencias han motivado una potente y gráfica campaña de publicidad en China, donde las consecuencias de la falta de comunicación derivada de la comunicación también se hacen notar.
Los artífices de la exitosa campaña de comunicación traducida al español como “Cuanto más te conectas, menos conectas” son la agencia Ogilvy & Mather China. Con sus imágenes han pretendido dirigir un mensaje muy claro a los padres de niños en edad de merecer la atención de sus progenitores, transmitiéndoles aquello que hacen sentir a sus pequeños cuando emplean el móvil en su presencia.
El director creativo Juggi Ramakrishnan lo ha descrito como “The Phone Wall” y lo describe exactamente así: como una auténtica barrera entre las personas, con el agravante de que son niños, susceptibles de percibir los dispositivos como los nuevos rivales de la atención de sus padres.
Los efectos psicológicos en los niños y el deterioro familiar que generan las pantallas han motivado al gobierno chino a la realización de esta campaña a través de su unidad Centro de Investigación Psicológica, consciente de la problemática de los smartphones y tablets en las dinámicas del día a día en las familias chinas.
El problema no es menor y, tal y como afirma el responsable de la publicidad, “existe la tendencia a ignorar a los niños por parte de los padres es creciente y alarmante, ya que prestan más atención a sus teléfonos que a lo que sucede en su entorno más inmediato”. Sin duda una campaña para reflexionar sobre el orden de nuestros valores. ¿Móvil o niños?
(Fotos extraídas de artículo en The Huffintonpost)
Hacer un buen uso del móvil a través de un contrato con el menor, con la idea de educar y proteger
Patricia Peyró @kontrolparental
Recientemente, y tras celebrarse el Día Mundial de Internet , la Policía Nacional ha lanzado a través de la red social Twitter un consejo que ha generado cierto revuelo: el uso de smartphones y tablets por los menores de edad debería estar regulado por contrato.
Se trataría de un contrato privado que afectaría a los menores de 13 años con el que se pretendería regular el buen uso de los dispositivos y gadgets presentes en el hogar, minimizando de este modo los riesgos vinculados a un uso temprano. Las cláusulas del contrato-tipo recomendado por la policía, cuyas intervenciones en Twitter son bien conocidas porque suelen ser simpáticas, están cargadas de sentido común e inciden en el control parental.
La edad media de adquisición de un primer teléfono móvil se establece en los 11 años, aunque el inicio es a partir de los 6.
El contrato pretende ser una guía privada y flexible a medida que el niño se vaya haciendo mayor. La consigna es el control parental, no «fiscalizar al menor», como sucediera en la película Hombres, Mujeres y Niños de Jason Reitman.
Este es el resumen de las normas que se deben pactar de común acuerdo entre padres e hijos:
- El dispositivo se comprará conjuntamente con el hijo, para que conozca aspectos como la garantía o datos de interés como los accesos de seguridad como el PUK.
- La configuración e instalación de aplicaciones y programas se harán con el niño para que aprenda.
- Los primeros usos se harán monitorizados por el padre.
- El padre instalará los filtros y medidas de control parental oportunos para la edad del chico.
- El niño se comprometerá a usar el dispositivo siguiendo las normas establecidas por sus padres y centro escolar.
- Habrá de adaptarse a los horarios y lugares establecidos para su utilización
- Los códigos de acceso serán conocidos siempre por el progenitor hasta que el niño sea algo más mayor.
- Los padres deben supervisar, no “cotillear” las conversaciones y respetar la privacidad de su hijo.
- La supervisión será más intensa al principio en la medida en que el niño vaya aprendiendo.
- Las redes sociales se permitirán a partir de la edad recomendada, que se encuentra en los 13 años.
- El niño no añadirá a desconocidos o entablará contactos con personas extrañas .
- Si surgen dudas, los padres deben estar a disposición del menor para resolvérselas y si hubiera algún acoso podrían contactar con la policía.
- El joven no compartirá fotos comprometidas o inapropiadas. Sus padres le explicarán estas cuestiones LINK
- Se prohibirá expresamente el uso del móvil al irse a la cama.
- El nuevo usuario no usará el dispositivo para insultar o acosar a otros niños.
- No compartirá contenido ofensivo.
- Sus padres le explicarán los riesgos de ciertos juegos y Apps.
- Hay un compromiso de cumplir todas estas cláusulas por parte del joven usuario.
- El niño atenderá a las llamadas de sus padres al móvil.
- Evitará adicciones, en una actitud de “controlar la tecnología”, en lugar de que “la tecnología le controle a él.”
Desde un tiempo a esta parte los zombies no parecen ser patrimonio exclusivo de «Walking Dead» ni de las pesadillas infantiles. Constituyen, en cambio, una realidad del escenario de las ciudades desarrolladas, que están plagadas de lo que se ha dado a conocer como «zombies tecnológicos». La analogía entre los muertos vivientes y la adicción adolescente al smartphone no se ha hecho esperar.
¿Como es el zombie tecnológico?
-Manifiesta conductas impulsivas y antisociales
-Mantiene pocas relaciones interpersonales de carácter real
-Abusa de las nuevas tecnologías y está siempre enganchado al smartphone o al dispositivo
-Manifiesta su adicción actualizando compulsivamente su perfil en redes sociales o whatsApp
-Se mueve en el entorno de Facebook, Twitter e Instagram, preferiblemente
¿Por qué actúan como zombies?
Los expertos apuntan al abuso de las nuevas tecnologías como forma de evitación de una realidad que les acompaña y que no es del todo amable: «Recurren a ellas como forma de huir del rechazo, de sus problemas familiares o del contacto social real», indica el académico de La universidad Aut´noma de Nuevo León en México. Según este experto en redes sociales, además «algunos buscan la aprobación o la admiración de los demás, siendo el último caso un síntoma de narcisismo potencial.»
Continuando con esta línea del narcisismo, Carolina Cienfuegos, catedrática de Psicología de esta misma universidad, plantea que estos niños-zombies de la tecnología «se comportan como si fueran Dios, tratando de manifestar su omnipresencia en todos los territorios virtuales, sean redes sociales o chats.»
Mundo virtual antes que real
Los adolescentes prefieren las relaciones virtuales a las reales en a medida en que «no tienen límites y evitan algunos puntos de fricción e incertidumbre que acontecen en las relaciones cara a cara, disminuyendo de este modo la frustración», explica la Catedrática. Parte del problema viene generado por los padres, explica, que tienen a facilitar dispositivos de última generación a sus hijos, y son los primeros en favorecer su uso, puesto que les es más cómodo darles el dispositivo y que se distraigan solos, en vez de ponerse a jugar o a leer con ellos.
Esta experta, como tantos otros profesionales, aconseja poner algunos límites a los adolescentes y negociar el uso de sus dispositivos con el fin de evitar una actitud adictiva, además de para evitar los peligros potenciales de la exposición a internet sin ninguna supervisión del adulto.