Patricia Peyró @kontrolparental
Desde un tiempo a esta parte los padres no ganamos para sustos. Tras la Ballena Azul, ahora se oye hablar de “El abecedario del Diablo”, un nuevo juego en boca de todos pero del que en realidad apenas se sabe nada. ¿Debemos preocuparnos? ¿Es conveniente generar una alerta social?
Hace unas semanas saltaban todas las alarmas advirtiendo a padres de todo el mundo sobre el peligros juego de “La Ballena Azul”. Tras muchas especulaciones y un secretismo que lo convertía, si cabe, en algo aún más macabro, acabamos por enterarnos de en lo que consistía este juego original de Rusia, o al menos eso creemos. La idea era “captar” a niños perdidos o cuyo rumbo caminaba en pos de un deriva muy común en la adolescencia: la de la incomprensión y falta de referencias claras. Nada fuera de lo normal en un periodo vital tan difícil como la adolescencia, en el que sus protagonistas han dejado de ser niños pero todavía distan mucho de ser adultos.
El resultado de la crisis adolescente es librar una batalla agotadora en la que ni siquiera saben quién es el enemigo, muchas veces optando por hacerse daño a sí mismos a través de conductas conflictivas como puedan ser las autolesiones, las ideas suicidas o incluso el intentar quitarse la vida. En el caso de la Ballena Azul un adulto malintencionado quiso aprovechar la falta de orientación de estos jóvenes para “guiarlos” hacia una muerte orquestada a base de metáforas y analogías extrañas, como la idea de las ballenas que se alejan solas para suicidarse. Y en el camino hacia la muerte, desafíos sangrientos en los que era necesario un gran valor demostrado a base de superar pruebas macabras (hacerse cortes, ver películas de terror, subir a una azotea…)
El inventor y líder de la Ballena Azul, Philip Budeykin, decía que era para salvar al mundo de los inadaptados: «Hay gente y hay residuos biodegradables que no tienen ningún valor para la sociedad», llegó a afirmar. Además, en una crueldad sin límites, se jactaba de haberles dado la comprensión que necesitaban y que les llevó a morir felices.
Superada la Ballena Azul ha llegado el “Abecedario del Diablo”, otro juego que emplea las lesiones como fórmula para demostrar algo. En pocos días se ha dicho y escrito mucho sobre ello. Básicamente el juego consiste en crear un abecedario a base de arañazos, pinchazos o cortes que dejarán una cicatriz, y que se hacen entre dos niños mientras citan el abecedario. El origen de este juego que se ha definido (¿erróneamente?) como viral está en una denuncia realizada por la Asociación contra el Acoso Escolar de Asturias (ACAE), desde donde, más que generar una alerta social, pretendían hacer una llamada de atención a padres tras haberse dado un caso en Mieres (Asturias).
Aunque desde esta misma entidad explican que es un fenómeno de maltrato con origen en América Latina y refieren otros casos en el Pais Vasco y en Valladolid, lo cierto es que no parece que el juego haya trascendido mucho más allá ni que se pueda hablar de viralidad.
Ante estas situaciones podríamos hacernos una pregunta: ¿es positivo generar una alerta social de esta magnitud? Como hacen en los casos de investigación, ¿no es prudente mantener cierta información como confidencial? Más que nada por no dar ideas a niños.
¿Te ha resultado de utilidad este artículo? Si es así, ayúdanos a compartir.