Por Patricia Peyró
Cada vez que usamos internet, a la hora de activar cualquier cuenta o llevar a cabo cualquier transacción, estamos dando información personal y sensible. ¿Qué ocurre con esos datos? ¿Se quedan en internet para siempre? En poco tiempo internet se va a convertir en un enorme cementerio. La creciente participación de gente de mayor edad en algunas redes sociales como Facebook, por oposición a la decreciente popularidad entre la gente joven, lo convertirán en un gran cementerio en apenas 50 años.
Paradójicamente, cuando una imagen que había sido sacada de un lugar público se ha expuesto en una web o red social, no se puede obligar la retirada de esa imagen, aún confirmando legalmente que la imagen se corresponde con esa persona o personas fallecidas.
Veamos qué hacen las empresas más importantes de internet al respecto:
En Yahoo aceptan el testimonio de los familiares para dar de baja la cuenta, eso sí, pidiendo prueba por escrito. Si nadie avisa del fallecimiento de una persona, los datos de su cuenta seguirían existiendo en la red. En cambio, en Hotmail, las cuentas se desactivan si no se utilizan.
Google lanzó hace ya algún tiempo una herramienta para decidir qué hacer con los datos digitales en caso de que a la persona le pasase algo que le impida volver a la red. Para ello, el usuario dispone en su área privada de administración de una herramienta llamada “gestor de cuentas inactivas”, lo cual permite confirmar el cierre por inactividad de todo lo relacionado con Google, es decir: su blog, red social, youtube, analytics y todas las demás configuraciones creadas en Google.
Facebook permite mantener las cuentas a un nivel “conmemorativo” si los familiares o amigos así lo solicitan. Una vez la cuenta se ha transformado en conmemorativa, no se podrá acceder a ella ni modificar en ningún modo, ni siquiera para iniciar sesión. Tampoco figurará en las populares sugerencias de amistad de Facebook.
Twitter anula las cuentas a partir de los 6 meses de inactividad, haciéndose este borrado definitivo después de los 30 días posteriores a esa solicitud.
Linkedin, la red social del networking por excelencia, acepta el testimonio de cualquiera (no necesariamente familiar) para desactivar su perfil, si bien pedirá pruebas consistentes, como la última empresa donde trabajo, la relación con el fallecido y un enlace al perfil.
En Pinterest solicitan el certificado de defunción y exigen pruebas para confirmar la relación con el fallecido.
Para borrar toda la identidad digital online de una persona y hacerle desaparecer por completo de la red, se deben hacer trámites que requieren tiempo y paciencia. Tener los datos de acceso de la persona facilitará en gran medida las tareas de desactivación, ya que en las redes sociales, existe una forma directa de desactivar cuenta: una vez se marca esa opción, el usuario y todos los datos quedarán borrados por completo.