La mayor exposición a los dispositivos aumenta el riesgo de ciberbullying: aprende a detectar el ciberacoso durante el confinamiento
La actividad de los niños en internet se ha visto favorecida por la situación de confinamiento por Covid-19. Los padres hemos relajado las normas habituales que rigen sus patrones en cuanto a tiempo y exposición a los dispositivos. Y si bien esto es comprensible, el estar en casa no debe ser un pretexto para bajar la guardia. Lejos de eso, debemos tener la mirada más atenta que nunca para detectar el ciberacoso durante el confinamiento en caso de que se produjera.
El ciberacoso, un reflejo de las relaciones reales
Con las nuevas tecnologías, la transmisión de mensajes e imágenes vía internet se ha convertido en un cauce fundamental de comunicación, que es extensible a todos los tipos de relación: sean de trabajo, sean de amistad, familiares o personales, nos relacionamos con los demás haciendo uso de mensajes de texto, emails e intercambio de imágenes.
Dado que no todas las relaciones son armónicas, las relaciones de maltrato y acoso también son susceptibles de llevarse a cabo con el uso de internet, que se encarga, además, de multiplicar la rapidez en las respuestas y facilitar la viralidad en la transmisión de mensajes hostiles y cargados de maldad hacia el destinatario que es víctima del acoso. El ciberbullying se refiere a este acoso que es llevado a cabo empleando las nuevas tecnologías de internet: redes sociales como Instagram o TikTok, correo electrónico o WhatsApp.
El ciberbullying se corresponde con el cauce digital del acoso que se produce entre niños de la misma edad.
Así podrás identificar el ciberacoso durante el confinamiento
-Lo primero que observaremos será una variación en su estado de ánimo. El niño se volverá, típicamente, triste y retraído. Será característico también su negación de los hechos. Como padres, tendremos dificultad en que hable de ello.
-Será muy habitual también observar la tendencia en el niño a «escaparse» de todos los testigos sociales: por ejemplo, ausentarse para ir a su habitación o al baño reiteradamente. Es así porque, posiblemente, esté constantemente comprobando si hay alguna novedad publicada sobre él o si tiene alguna agresión en forma de nuevo episodio de ciberacoso.
-Si el niño tiene clases online, al igual que sucede de forma presencial, nuestro hijo podrá mostrar alguna variación en sus hábitos, y que rechace esta formación simulando alguna dolencia o afección.
-Se nota alguna variación en su rendimiento; no hace los deberes o no está concentrado. Es habitual que empiece a suspender de repente aunque haya sido siempre un buen estudiante, como conscuencia del malestar que padece.
El confinamiento ofrece una buena oportunidad de observar al niño de cerca y detectar el ciberacoso durante la crisis del Covid-19
¿Qué puedes hacer tú como padre?
Si le ves triste, no esperes para averiguar lo que le pasa. Obsérvale activamente y, sobre todo, habla con tu hijo. Ten presente que el suicidio por acoso es una de las muertes más frecuentes entre los adolescentes.
Aplicando un sociograma obteneremos la mejor radiografía social del grupo, identificando a los niños acosados y previniendo la aparición de nuevos casos.
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