“Por qué está llorando mi padre” es un relato de ficción sobre acoso escolar que aborda el tema del bullying racista
Texto e ilustración de Gabrielle Fernández para Control-Parental, de BuddyTool
Hace dos meses fue nuestro primer día de colegio después de la cuarentena. Digamos que no fue el momento más afortunado de todo el curso, pero mejor voy a contar lo que pasó. Yo estaba súper emocionada de ver a mis amigos otra vez. Tenía todo preparado: mi ropa, el almuerzo, la mochila… Como os digo, estaba tan contenta, que me había asegurado de que todo estuviera listo para la mañana siguiente. Aquella noche tardé un montón en dormirme de lo nerviosa que estaba.
Pero lo que no sabía es que aquel sería el mejor descanso que tendría en lo que quedaba de curso. Y ¿por qué?, os preguntaréis. Pues resulta que la vuelta al cole no fue tal y como yo esperaba. A mi regreso, algunos niños de mi clase comenzaron a acosarme y a meterse conmigo. Y en los siguientes días, a ellos se sumaron otros, y otros. También de otras clases, incluso. Y aunque tenía a mis dos mejores amigas para defenderme, comenzaron a insultarlas a ellas también, y noté cómo empezaban hasta alejarse un poco de mí. Ya no salíamos juntas andando del colegio, como siempre. Y entonces tenía que volver a casa sola todos los días; llorando y sin saber en realidad por qué me insultaban de repente; preguntándome sobre todo qué es lo que había cambiado. Yo no quería que mi padre lo supiera ni que me viera llorando, así que cuando llegaba a casa, me aseguraba de secarme las lágrimas. Así fue durante toda la primera semana y la siguiente.
Un día, de repente, que yo estaba abajo en la cocina, escuché a mi padre llorando arriba, en su habitación. Yo nunca antes lo había visto llorar, y me preocupé un montón. Por supuesto, tenía que enterarme de lo que estaba pasando y bajé lentamente las escaleras para averiguarlo.
Mi padre estaba allí, mirando a muchas personas gritando BLACK LIVES MATTER
En una pantalla oscura ponía eso con un hastag. #Blacklivesmatter, que en inglés significa que “las vidas negras importan”. Y yo no entendí nada. ¿Cómo que importan? Pues claro que importan, ¿ qué significa eso? ¿a qué se refieren? Sin embargo, comencé a sospechar a lo que se referían y me acordé de los insultos que estaba recibiendo en el colegio. “Negra”, me decían. “¡Vete a tu país, negra!” “¡Súbete a un árbol, mono!”
Esa noche busqué #Blacklivesmatter en el teléfono de mi padre mientras él se daba una ducha. Entonces aparecieron muchas fotos con pantallas negras, un puño negro, carteles… ¿Qué podría querer decir todo aquello?
Seguía sin entender nada, hasta que vi un video que nunca se borrará de mi memoria.
En él, cinco oficiales de policía rodeaban la cara de un señor negro que estaba sobre el asfalto, porque otro policía estaba sujetándolo por el cuello con la rodilla. «No puedo respirar, decía». Minutos después, murió de asfixia. ¿Es por eso que la gente me acosaba a mí la gente? ¿Por el color de mi piel?
Tendría que hablarlo con papá para que me lo explicara, porque esto no está bien. El mundo necesita cambiar ahora; no habrá justicia hasta que las vidas negras importen, no habrá vidas importantes hasta que las vidas negras también importen.
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