Patricia Peyró @kontrolparental
Un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco y publicado en Psychsocial Intervention del Colegio Oficial de Psicólogos relaciona la conducta antisocial con el bullying. Para llegar a sus conclusiones se contó con la participación de algo más de tres mil niños de 12 a 18 años del País Vasco, a los que se evaluaron con diferentes tests las siguientes variables: conducta antisocial, bullying/cyberbullying y resolución de conflictos.
Los niños más antisociales suelen formar parte, de alguna manera, de los roles implicados en el bullying
La revisión de trabajos científicos anteriores llevaban a la Garigordobil y su equipo a sostener dos hipótesis:
– Por un lado, que los participantes con altas puntuaciones en conducta antisocial estarían más implicados en situaciones de bullying/cyberbullying en todos sus roles (víctima, agresor y observador)
– Por otro, que los participantes con altas puntuaciones en conducta antisocial utilizarían menos estrategias cooperativas y más estrategias negativas, tanto pasivas como agresivas, para resolver conflictos interpersonales.
De las niñas se observó que emplean estrategias de cooperación para resolver sus problemas sociales, a pesar de que las antisociales son tmaibén más agresivas
Estas fueron las conclusiones: Los adolescentes y jóvenes de ambos sexos con altas puntuaciones en conducta antisocial estaban significativamente más implicados en situaciones de bullying y ciberbullying en todos sus roles (víctimas, agresores y observadores) y usaban significativamente más estrategias agresivas como técnicas de resolución de conflictos interpersonales que los niños que no presentaban indicios de conducta antisocial.
Diferencias por sexos
A pesar de puntuar alto en estrategias agresivas para resolver sus conflictos sociales, las mujeres más antisociales también utilizaban muchas estrategias cooperativas para resolver los conflictos de índole social.
Por consiguiente, la hipótesis 2 se cumple sólo parcialmente, ya que no se constata que aquellos que tienen mucha conducta antisocial utilicen significativamente más estrategias pasivas y menos cooperativas para resolver conflictos interpersonales, sólo que las mujeres antisociales, además de conductas agresivas, también utilizan significativamente más estrategias de resolución de conflictos cooperativas.
La conducta antisocial y el ciberbullying
Si bien todo el análisis pormenorizado entre los diferentes grados de conducta antisocial y la participación en los distintos roles del acoso y del ciberacoso fue en la dirección de apoyar esta correlación positiva, para el caso del ciberbullying fue especialmente acusada en los siguientes casos:
-En agresores y ciberagresores, hallándose un alto porcentaje de estos con altos niveles de conducta antisocial versus los no-agresores/no-ciberagresores
-En cibervíctimas y ciberobservadores, con porcentajes bastante más altos al compararlos con los que nunca habían sido cibervíctimas ni ciberobservadores.
Niños antisociales, adultos conflictivos
Estudios anteriores de Garaigordobil y su equipo van en la dirección de probar la falta de adaptación de los adultos que en su día fueron niños antisociales, mostrando algún tipo de desajuste en la vida adulta. Es más: incluso la conducta antisocial de los primeros años de vida es un factor predictor de delincuencia y conducta antisocial en la edad adulta, según constataron los investigadores López-López y López-Soler en investigaciones anteriores.
Accede al estudio completo aquí
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